Un brasileño de ascendencia japonesa, ex jugador profesional y número 10 de la selección brasileña, Roberto fue diagnosticado con desprendimiento de la retina, lo que lo obligó a retirarse. Estaba muy deprimido e incluso intentó suicidarse, pero fue salvado por Kodai Ozora, quien le dijo que fuera a Japón. En Japón, Roberto encontró un nuevo propósito en la vida al entrenar al joven Tsubasa Ozora.