Una niña inocente con el corazón y el alma de un niño más pequeño, Rika es la víctima más amenazada del juego. En la escuela, ella era la creadora de humor sonriente de su clase, siempre alegre e impartiéndola a otros, considerada extraoficial y entrañablemente su mascota. En la prisión está perdida, aterrorizada y completamente incapaz de comprender la depravación de lo que está por suceder. Más que nadie, su cordura está inextricablemente ligada a su pureza.