Durante la estancia de Nagis en el hospital, conoció a un detective con quien forjó un vínculo especial. Se llamaba Shinpei Kuroda, un agente encubierto de la organización Towa. Su sueño de convertirse en defensor de la justicia dejó una huella en la vida de los nagis. Nagi a su vez se enamoró de Shinpei y lo ha estado añorando desde entonces.