Makoto vive brillando con su padre y Gintaro, un heraldo zorro. Makoto es muy amable, terco y de espíritu fuerte, pero a menudo se mete en las cosas sin pensar y tiene que pedirle ayuda a Gintaro. Ella y Satoru son los únicos que pueden ver a Gintaro y lo ven como una persona muy importante en su vida. Cuando su madre falleció antes de que Makoto tuviera 4 años, ganó la capacidad de ver heraldos, que sirven como mensajera de los dioses.