Alegre y enérgico, él adora a Arisa como un hermano menor juguetón y afirma que ella será su futura esposa. Desafortunadamente, en su afán de agradar, sus afectuosos abrazos y otros gestos tienden a molestar a su querida amiga en lugar de complacerla, dejándolo en el extremo receptor de sus golpes. No es que él se ofenda nunca, siempre la saluda con risas y una sonrisa. Él aparece como redondo, el lirón infantil y pegajoso. Parece que sus únicos dos intereses son dormir y jugar juegos con Arisa, especialmente el último.