Una vez propietario de una tienda de armas que sirvió a mercenarios y otras apuestas de guerra, Soriz se encuentra actualmente en un viaje para transformarse en el arma definitiva. Donde quiera que vaya, se asegura de exigir a la generación más joven que entre al entrenamiento con pesas. Nunca elude su entrenamiento, tratando el arte del combate con firmeza estoica, incluso llegando a desarrollar su propio estilo de lucha a partir de las diversas artes marciales que ha estudiado a lo largo de los años. Soriz ganó innumerables torneos de artes marciales cuando era más joven, pero ahora busca alcanzar alturas aún mayores y superar sus límites físicos a través del entrenamiento constante, día tras día.