Hijo de Fernand y Mercédès de Morcerf. Albert, un ingenuo de quince años, se encuentra con el conde mientras está de vacaciones en la colonia de la luna, Luna. Adoptado por el equilibrio, la sofisticación y la mística de los condes, Albert sirve como una herramienta para que el conde se sumerja en la sociedad parisina. Su ingenuidad es su defecto definitorio, lo cega a las faltas e intenciones de los demás. Sin embargo, su pureza de espíritu penetra los corazones de los demás.