Una persona ambiciosa, astuta y sarcástica que desea convertirse en heredera de Montagues. Desprecia a la gente común y Montague le encarga que espíe a Romeo. También parece tener cierto grado de interés en Hermione, pero es discutible si tiene sentimientos honestos por ella o si desea usarla como un peón en sus posibles planes. El deseo de poder de Mercucio parece surgir de su resentimiento hacia su padre, Tito, que no cumple con las expectativas de sus hijos como asesor de Montague. Montague es consciente de su desdén por su padre y alienta, sin demasiada sutileza, a Mercutio a matar a Titus, pero no lo hace. Unos días después del destierro de Romeos, Mercutio acepta ser adoptado como el nuevo heredero de Montagues, pero no está preparado para la sangrienta iniciación, cuyo clímax fue la muerte de Tito a manos de Montague. Paralizado por el miedo, Mercutio no pudo pedir ayuda ni ayudar al peligro de su padre, y luego juró su lealtad al Montague ensangrentado. Trata de encajar en el molde del heredero de Montagues pero, en verdad, el evento de la muerte de su padre lo ha traumatizado y su culpa por no hacer nada lo envuelve. El colapso obvio del reinado de Montagues lo impulsa a hacer lo que cree que le dará más elogios que apuñala a Montague y "salva" a Julieta. Esperando ser llamado héroe, se siente afectado cuando Tybalt lo despide y sale de la escena con una risa loca.