Hildegard von Mariendorf es uno de los personajes principales de la serie. Ella sirvió como la asesora principal de New Galactic Fleets
Más tarde reinó con Reinhard von Lohengramm cuando se convirtió en su esposa y emperatriz en U.C. 801.
Reinhard se retiró a su habitación y Hilda entró para consolarlo. Subconscientemente, al darse cuenta de que su dependencia de ella se había profundizado más allá de su relación profesional, le pidió que se quedara, y ella aceptó, decidida a ayudarlo lo mejor que pudiera. La mañana siguiente, Reinhard vino a casa de Hilda y le propuso matrimonio, y Hilda no respondió inmediatamente por la incertidumbre de si realmente podía darle felicidad.
Durante la batalla crítica de Vermilion, percibió que la situación estaba en el desgracio de Reinhard, y persuadió a los generales Mittermeyer y Reuentahl.
También no le reveló su embarazo hasta después del asunto Urvashi y la posterior rebelión de Reuentahl, lo que profundizó la comprensión de Hilda y Reinhard hacia sus propios sentimientos. Cuando se restauró la paz, Hilda aceptó la segunda propuesta de Reinhard, y se casaron el 19 de enero de 801. Los funcionarios del imperio saludaron a su nueva emperatriz con entusiasmo y alegría.
En agosto de 800, Reinhard le pidió repetidamente que le aconsejara sobre asuntos políticos. En agosto de U.C. 800, Reinhard fue atacado por un asesino que buscaba venganza por la inacción de Reinhard en la tragedia de Westland. En agosto de 800, Reinhard fue asesinado por un asesor de la flota. En agosto de 800, Reinhard fue asesinado por un asesino que buscaba venganza por la inacción de Reinhard en la tragedia de Westland.
Murió a la edad de veinticinco años, con su hijo sucediéndole y Hilda gobernando como la emperatriz viuda. Fue recordada por los historiadores posteriores como la persona que nutrió el Imperio Lohengramm hasta la madurez.
El 14 de mayo, mientras Reinhard estaba fuera de guerra, Hilda dio a luz a un hijo, a quien Reinhard llamó Alexander Siegfried von Lohengramm. La enfermedad de Reinhard se exacerbó seriamente tan solo dieciséis días después y fue diagnosticada con una forma rara de enfermedad mutativa del tejido conectivo, sin cura conocida. A pesar de la enfermedad, Reinhard decidió regresar a la capital imperial por el bien de la gente que lo esperaba allí.
Durante la batalla de Vermilion, ella percibió que la situación estaba en desfavor de Reinhard, y persuadió a los generales Mittermeyer y Reuentahl para movilizar fuerzas contra la capital de la Alianza, convirtiendo la guerra en una victoria táctica de Reinhard y salvando su vida. El general Mittermeyer más tarde elogió a Hilda diciendo que "su inteligencia vale más que una flota". Su papel se hizo gradualmente más público después de la coronación de Reinhard como el primer emperador de la nueva dinastía Lohengramm.
El 26 de julio, el moribundo Reinhard dijo sus últimas palabras a Hilda: "Mi emperatriz, gobernarás el universo con más sabiduría que yo. Si crees que establecer una constitución es la mejor manera, que así sea. El universo estaría bien mientras el más fuerte y sabio de todos los vivos lo gobierne. Si Alexander Siegfried carece de esa capacidad, no hay necesidad de que la dinastía Lohengramm continúe. Haz todo lo que desees; ese es mi mayor deseo...