Al principio, cuando Erika sugirió su idea de fingir amantes, Kyouya lo acepta con una actitud de "Príncipe Azul"; sin embargo, poco después, la chantajea, la atormenta y la convierte en su "perro". Poco a poco, comienza a cuidarla y se pone celoso cada vez que se acerca a otros chicos. Él también desarrolla una actitud protectora hacia ella.