Umis ha vivido una vida llena de miseria desde que nació. Debido a una horrenda marca de nacimiento causada por una maldición de sirena, su familia lo rechaza y es tratado como un monstruo. Todo cambia cuando conoce a Naosuke, un artista de tatuajes que cubre su marca de nacimiento con un tatuaje que se parece al mar y lo cría como su propio hijo. Después de la muerte de Naosuke, Umi hereda su oficio, pero debido a su apariencia, vive aislado de todos. Su única compañía son sus guardianes espirituales, el pez dorado Kuro y la carpa Nishiki. Mikagi se gana la vida como un llamado médium. En realidad, es un estafador. Aunque puede ver pequeños espíritus, es incapaz de exorcizarlos. Cuando espiona a Umi caminando por las calles con Kuro y Nishiki, Mikagi piensa que ha encontrado un cliente potencial; se acerca con la promesa de exorcizar a los espíritus de los peces e incluso elogios a Umis. Sin embargo, Umi, nerviosa, huye, dejando a Mikagi extremadamente confundida. El encuentro deja a los dos hombres curiosos el uno por el otro, lo que crea una oportunidad para que superen sus pasados y encuentren la felicidad juntos.