Una y otra vez, la historia se repite, e Ilya está atrapada reviviendo el mismo destino. No importa las circunstancias, no importa lo que haga para evitarlo, no puede escapar de su futuro. Su prometido, Soleil, inevitablemente se enamorará de Sylvia, su hermana pequeña débil pero de buen corazón, e Illya quedará sola. Al principio, pensó que podría cambiar su opinión, pero eso solo causó que brotaran sentimientos de resentimiento. Luego trató de ignorar su relación, pero su amor por Soleil nunca vaciló. En este bucle sin fin, los sentimientos que estos tres tienen el uno por el otro nunca difieren de los de la línea de tiempo original. Así, junto con el amor inquebrantable de Ilyas viene la desesperación inquebrantable, ya que ella está atrapada en el tiempo con su corazón roto a cada iteración.