 
 Cuando Meguru, de 29 años, se muda a la casa de su madre fallecida, conoce a un chico de secundaria que usa ... una falda. Meguru, que resulta ser su vecino y amigo de su madre, está tratando de descubrirse y ayudar a su propia madre a aceptarlo por lo que realmente es, sintiéndose contento de que finalmente haya alguien que pueda apoyarlo. Durante esta fase de autocontrol descubrimiento, comienzan a acercarse a medida que ambos lidian lentamente con sus propios problemas.