El "problema del acosador" es pasado por alto como un problema social grave. El número de incidentes aumenta día a día y están lejos de ser resueltos. La cortina se levanta en una historia picaresca ambientada en un Japón contemporáneo maravillosamente distorsionado donde los deformados son reunidos y purificados con justicia poética. Lo que puede purificar la oscuridad es la oscuridad.