Como un maestro experimentado, Busujima llena las cabezas de los estudiantes con conocimientos de alta calidad. Un día, estudiantes de intercambio del reino súcubo vienen a estudiar con él. Estas criaturas insidiosas y feas se niegan por completo a aprender, y la tranquila vida de un hombre se pone patas arriba. Pero no se le llamaría Busujima por nada. Criado según las tradiciones samurai, tiene la intención de caminar su camino hasta el final y cumplir con su deber de enseñanza para inculcar en los súcubi desobedientes el deseo de aprender, de una manera u otra.