Después de que el clan Rurikawa cayó en desgracia, la hija del clan Tsubaki es vendida a Lord Poiman como su criada personal. Tsubaki no dejará que su nueva posición pisote el orgullo de su familia, pero sin forma de rechazar sus órdenes, Poiman la entrena como su nuevo juguete, disfrutando de cada nueva grieta en la fachada de Tsubaki.