Érase una vez, los pájaros y las bestias lucharon entre sí en una guerra. Fue un conflicto terrible, y los inteligentes murciélagos se pondrían del lado de los pájaros cuando los pájaros parecieran victoriosos, y luego se convertirían en aliados de las bestias cuando ese lado ganara batallas. Finalmente, la guerra llegó a su fin, las dos partes llegaron a un acuerdo amistoso y se celebró una gran fiesta de amistad. Pero cuando llegó el turno de los murciélagos para actuar en el programa, se expusieron sus tácticas a horcajadas y todos se negaron a asociarse con ellos. Desde ese momento, los murciélagos se han sentido demasiado avergonzados para mostrar sus caras durante el día, saliendo solo de noche para revolotear en silencio.